jueves, 28 de octubre de 2010

Me abunda el corazón una sensación de incertidumbre. No quiero hablar de tristeza, es otra cosa lo que siento. Es miedo; es la primera vez que realmente siento miedo. No sé cómo se entiende, es difícil de explicar. Por dar un ejemplo burdo: el primer chanchito debió tener miedo sabiendo que el lobo iba a esperar el momento justo para derribar esa casa que tanto sudor le costó.
Hoy me siento así, como mi corazón me dice que se sentía el primer chanchito. Creo que en momentos como estos, el lobo está más al acecho que nunca. Hay que admitir que el enemigo no respeta ni las fechas patrias, por así decirlo.
Realmente me siento aturdida, estoy desconcertada y no puedo concebir una imagen de lo que podrá venir. ¿Y ahora? somos muchos, pero realmente ¿Somos tantos? Son estos los momentos en que más nace en mí esa loca vehemencia por luchar. Luchar y hacer valer esto que tanto nos costó, esta Argentina tan linda. Esta tierra donde tantos volvieron a encontrar su voz. Y es esa maldad que se opone a hacer mi país siempre un poco más hermoso, la que me da miedo, la que me hace surgir la duda ¿Cómo siguen las cosas ahora?
Resistir, y buscar gente en quién confiar. Como diría el Diego, perdimos un gladiador.